Madre, colaboradora con Dios en la creación de la vida, felicidades en este día.
Yo soy muy afortunada ya que tuve una madre que dijo si a Dios, junto con mi padre, cuando Él creo mi alma en su seno. Allí me tuvo el tiempo necesario para que yo viviera y no me hechó fuera antes de tiempo.
Eso me permitió conocer la maravilla que supone vivir y descubrir a Dios en nuestro interior. Todas las gracias que pueda dar son pocas ya que dar la vida es un acto de entrega de la persona.
Ahora sé que tengo dos madres en el cielo: la de Jesús y la que Jesús me dio en la Tierra.
Gracias Jesús por ese don tan grande.
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