El delator ( de 40 días por la vida)
Jueves 29 de septiembre de 2011 9:38h 
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¿Qué impulsa a una persona a denunciar ante un abortista que hay alguien rezando a la puerta de su establecimiento?
40 Días por la Vida ha iniciado su andadura por segunda vez en España. En diversas localidades se han formado grupos de oración que desde ayer rezan frente a los abortorios por el fin del aborto en España y en todo el mundo.
La mayor parte de las personas que pasan frente a nosotros y nos ven rezar se sorprenden, pero no dicen nada. Algunas se detienen un momento, hay quien saluda, incluso quien se santigua, otros se quedan un rato para compartir la oración por la vida… y hay quien pierde los nervios y muestra su aspecto más intransigente.
Quienes insultan y vociferan, los que nos increpan o se burlan, son en todos los casos una minoría. Pero siempre aparecen. Pertenecen generalmente a la misma generación, esa que fue víctima de la tóxica ideología y de la forma de vida que nació a la sombra del mito del 68 francés. Visten de la misma desaliñada manera y ellos suelen recogerse el pelo, cuando todavía les queda, en una cola. En cuanto a ellas, , siempre protagonizan la reacción más violenta.
Les hemos visto mucho últimamente. Marcharon por las calles del centro de Madrid la pasada primavera en un blasfemo remedo de procesión de Semana Santa. Atacaron a los voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud. Y nunca pierden una oportunidad de agredir y recortar la libertad ajena.
Ayer el grupo de oración de Madrid recibió la “visita” de uno de estos campeones de la libertad. Sin importarle irrumpir en casa ajena, trató de interrumpir la oración con burlas y risas sarcásticas. Se detuvo, intentó provocar, se alejó unos pasos al comprobar que no tenía éxito. Volvió y optó por molestar e interrumpir:
El provocador se marchó. Pero no muy lejos. Dio una vuelta a la plaza y regresó. Pero no se volvió a detener frente al grupo de oración sino que se metió en el abortorio para alertar acerca de la peligrosa proximidad de unos rosarios.
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Vigilias del grupo de oración de Madrid
Uno de los grupos de oración de Madrid en el primer día de campaña (28.9.11) Frank, Inma, Margarita, María Teresa, Emiliano y Cati
La mayor parte de las personas que pasan frente a nosotros y nos ven rezar se sorprenden, pero no dicen nada. Algunas se detienen un momento, hay quien saluda, incluso quien se santigua, otros se quedan un rato para compartir la oración por la vida… y hay quien pierde los nervios y muestra su aspecto más intransigente.
Quienes insultan y vociferan, los que nos increpan o se burlan, son en todos los casos una minoría. Pero siempre aparecen. Pertenecen generalmente a la misma generación, esa que fue víctima de la tóxica ideología y de la forma de vida que nació a la sombra del mito del 68 francés. Visten de la misma desaliñada manera y ellos suelen recogerse el pelo, cuando todavía les queda, en una cola. En cuanto a ellas, , siempre protagonizan la reacción más violenta.
El grupo de oración de Madrid (28.9.11)
Ayer el grupo de oración de Madrid recibió la “visita” de uno de estos campeones de la libertad. Sin importarle irrumpir en casa ajena, trató de interrumpir la oración con burlas y risas sarcásticas. Se detuvo, intentó provocar, se alejó unos pasos al comprobar que no tenía éxito. Volvió y optó por molestar e interrumpir:
“¿Qué hacéis aquí? ¿No sabéis que el aborto ya es una ley?”Miguel no interrumpió la oración. Nunca lo hace, pase lo que pase. Incluso reza mucho más alto cuando alguien trata de interrumpir.
“¡La ley del aborto se ha aprobado así que ya no podéis rezar!”Margarita se dirigió al “defensor” de la tolerancia y la libertad con una sonrisa:
“Estamos rezando, hablamos de lo que quiera cuando terminemos. Y mientras tanto rezaremos por usted.”Fue como si se convirtiera en extra de una imitación mala de El exorcista: el provocador dio unos pasos atrás balbuceando:
“¡No, no! ¡Por mi no recéis!”Cada cual elige su destino.
El provocador se marchó. Pero no muy lejos. Dio una vuelta a la plaza y regresó. Pero no se volvió a detener frente al grupo de oración sino que se metió en el abortorio para alertar acerca de la peligrosa proximidad de unos rosarios.
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Vigilias del grupo de oración de Madrid
Abortorio Callao
Calle Concepción Arenal, 8 (Metro Callao)
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